Vamos
a ver como preparar unas deliciosas magdadalenas, ideales para el
desayuno o la merienda de una forma sencilla.
Ingredientes para 12-14 unidades:
▪ 4
huevos
▪ 350
g de harina de repostería
▪ 250
g de azúcar
▪ 250
ml de aceite de oliva
▪ 100
ml de nata líquida para montar
▪ 1
sobre de levadura
▪ ralladura
de un limón
Elaboración:
Para
empezar a elaborar estas ricas magdalenas, colocamos los huevos en
una jarra y le añadimos el azúcar. Con la batidora
eléctrica, mezclamos todo durante unos minutos.
A
continuación, añadimos la ralladura de un limón y volvemos a batir
la mezcla con la batidora.
Añadimos
el aceite y la nata líquida y seguimos batiendo durante
aproximadamente 5 minutos. Aunque parece mucho tiempo batiendo, hay
que tener en cuenta que parte del secreto de unas magdalenas
esponjosas reside en batirlas mucho.
Una
vez que tenemos la mezcla bien batida, la vertemos en un bol grande y
añadimos la harina y la levadura y con ayuda de una espátula las
incorporamos a la mezcla anterior, esta vez sin batir, solo con
movimientos envolventes. Cuando estén bien integradas, dejamos la
mezcla reposar durante unos 15 minutos.
Una
vez transcurrido el tiempo rellenamos los moldes para magdalenas
hasta ¾ de su capacidad. En este paso podemos emplear moldes de
silicona para magdalenas. Estos moldes resultan muy prácticos ya que
permiten desmoldar las magdalenas con mucha facilidad. También se
pueden emplear los típicas moldes de papel. En este caso, es
aconsejable colocar el papel en el interior de moldes de aluminio. De
esta forma, el molde de aluminio evita que el papel se
abra cuando la magdalena empieza a subir, cosa que provocaría que
obtuviéramos unas magdalenas más anchas que altas. Empleando este
truco conseguiremos que las magdalenas suban lo suficiente.
Cuando
tenemos todos los moldes rellenos, espolvoreamos las magdalenas con
azúcar y las dejamos reposar en la nevera durante 15 minutos. Este
es otro secreto para obtener unas magdalenas deliciosas, que la masa
esté bien fría cuando la metamos en el horno.
Precalentamos
el horno a 230º con calor arriba y abajo. Cuando el horno alcance
esta temperatura, le bajamos la temperatura a 210º y ponemos solo
calor abajo. Metemos las magdalenas y esperamos a que se doren.
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